domingo, 6 de septiembre de 2009

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Camino a Mordor es el inicio de un largo viaje, el que he postergado por largo tiempo, mas por pereza que por miedo…Miedo a extraviarse en tortuosos y oscuros caminos.
No pretende ser el “Gran Camino”. Sino mas bien es aquel que llegado a cierto punto del andar se encuentra en la misma encrucijada. Aquella que todos hallan por igual, y quedan varados en la inacción del poder seguir avanzando. Por el solo echo de no saber realmente donde ir.
Después de los primeros pasos el camino parece seguir con cierta incertidumbre y se adentra en las nieblas de lo desconocido. Pero si uno presta cierta atención especial, que le viene de la observación y el funcionamiento de todas las cosas; descubre con certeza y buen ánimo las huellas apenas visibles de los que ya lo siguieron. Y con ellas ciertos indicativos de que se va por buen camino, o al menos de que no se ha extraviado demasiado. Otrora aparecen pequeñas luces que tan rápido como vienen se van, dejando al viajero con mas dudas y no menos temores. Pero si la conducta propia es firme y con propósito, seguramente podrá hallar la piedra que le indique por donde seguir.
Claro está, no por esto deja de ser un camino peligroso y ciertamente oscuro, en el que uno puede realmente perder la vida. Ya que este nos lleva Mordor, donde el “Gran Ojo que todo lo ve”, el que nunca parpadea ni descansa, mora seguro, tras su creciente poder.
Pero aún así, es camino obligatorio para el peregrino que busca respuesta. Y no es que vaya justamente a encontrarlas en la cueva del lobo, sino que andando, estas van apareciendo.
Llego la hora de enfrentar nuestros miedos mas profundos…
Llego la hora de ponerse en marcha por ese largo y fatigoso camino…
Y quizás si la providencia y el firme propósito nos acompaña, lleguemos a subir los escalones interminables de la torre donde mora y podamos enfrentarlo cara a cara …
Y decirle con vos firme: “no te temo, yo soy un hombre libre…tú …deberías temerme a mí…”

Quizás puede que nunca lleguemos y perezcamos con horror en algún lugar oscuro, pero tú que me escuchas y vienes por aquí , NUNCA TE RINDAS…y sigue mi camino, como yo sigo ahora el camino de los otros. :

“Ve por este camino, no por otro, te advierto;
Observa solamente las huellas de mi rueda.
Y para dar a todo un calor igual,
No subas ni desciendas al cielo y a la tierra.
Si demasiado subes, el cielo quemarás;
Si bajas demasiado, destruirás la tierra.
En cambio, si mantienes en medio tu carrera,
El avance es seguido y la ruta mas segura.”
El Misterio de las Catedrales , de Fulcanelli.

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